Nueva forma de vida que se alimenta de electrones (minerales) - Constanza Rifo
Descubren nueva forma de
vida que se alimenta de electrones
Se ha descubierto, gracias a unos científicos,
que algunos microbios pueden absorber “la energía de las roacas”. Tales formas
de vida abren la idea de su existencia en otros planetas.
Concretamente, han sido el biofísico Moh El-Naggar y su alumna
Yamini Jangir, que se sumergieron en el Black Hills de Dakota del Sur, una
antigua mina de oro.
Comedores de electricidad
No es nuevo el hecho de
seres microoscopicos que se alimenten de electricidad, puesto en el 2014 ya se habían
encontrado, pero ahora se sabe que hay distintos tipos de estos.
En
esta investigación se a conocido mejor el procedimiento de la obtención de energía
por el microbio “Rhodopseudomonas palustris”, que obtiene sus electrones a
través de la conductividad natural de los distintos minerales que las rodean, y
a medida que estas bacterias extraen los electrones del hierro, van creando
cristales de óxido de hierro, que se forman en el terreno de alrededor. Con el
tiempo esos cristales se vuelven conductores y actúan como rutas que permiten a
las bacterias seguir obteniendo electrones de minerales que no podrían haber
alcanzado
Se
sabe que los mundos aeróbico y anaeróbico (que necesitan de oxigeno o no), interactúan
principalmente a través de la difusión de elementos químicos sea dentro como
fuera de sus dominios. Lo que da este descubrimiento es que puede cambiar la percepción
que se tiene de la relación de ambos mundos.
Es
Moh El-Naggar quien estaba buscando una tubería de metal oxidado. Desviaron
parte del agua de la antigua tubería, la dirigieron a un recipiente e
insertaron en él diversos electrodos. Esperaban que la corriente atrajera a su
presa, un microbio poco estudiado que puede vivir de la electricidad.
Los microbios que
consumen electricidad que los investigadores estaban buscando pertenecen a una
clase más grande de organismos que los científicos apenas están empezándose a
comprender. Habitan en mundos en gran parte inexplorados: las calderas
burbujeantes de los respiraderos del mar profundo; vetas ricas en minerales en
las profundidades de la superficie del planeta; sedimentos oceánicos solo unos
centímetros por debajo del lecho marino profundo.
El equipo de El-Naggar
aún está analizando los datos de su mina de oro, pero señala que esta clase de
microbios son mucho más comunes de lo que creemos. No lo sabíamos porque no son
fáciles de encontrar, ni de transportar a un laboratorio.
A medida que crece el
número de consumidores de electrones, los científicos comienzan a descubrir
cómo funcionan. ¿Cómo un microbio consume electrones de una pieza de metal o
los deposita de nuevo en el medio ambiente cuando termina con ellos? Se sugiere
que algunos consumidores de metal transportan electrones directamente a través
de sus membranas, una hazaña que antes se creía imposible.
Aunque comer electricidad
parece extraño, el flujo de corriente es fundamental para la vida. Todos los
organismos requieren una fuente de electrones para producir y almacenar
energía. También deben poder arrojar electrones una vez que se haya terminado
su trabajo. Los humanos y muchos otros organismos obtienen electrones de los
alimentos y los expulsan con la respiración. Los microbios que El-Naggar y
otros están tratando de cultivar pertenecen a un grupo llamado lithoautotrophs,
o comedores de rocas, que obtienen energía de sustancias inorgánicas como
hierro, azufre o manganeso. En las condiciones adecuadas, pueden sobrevivir
únicamente con electricidad.
La aparente capacidad de
los microbios de ingerir electrones, conocida como transferencia directa de
electrones, es particularmente intrigante porque parece desafiar las reglas
básicas de la biofísica. Las membranas grasas que encierran las células actúan
como un aislante, creando una zona eléctricamente neutra que antes se creía
imposible que un electrón cruzara. "Nadie quería creer que una bacteria
tomaría un electrón del interior de la célula y lo trasladaría al exterior",
ha señalado Kenneth Nealson, geobiólogo de la Universidad del Sur de
California, en una conferencia a la Society for Applied Microbiology en
Londres.
La aparición de la vida
Solo una pequeña fracción
(tal vez el 2 por ciento) de todos los microorganismos del planeta se puede
cultivar en el laboratorio. Los científicos esperan que estos nuevos enfoques,
el desarrollo de microbios en los electrodos en lugar de en los sistemas de
cultivo tradicionales, proporcionen una forma de estudiar muchos de los
microbios que hasta ahora han sido imposibles de cultivar.
Al igual que los
pescadores utilizan diferentes señuelos para atraer a diferentes peces, ahora
se establecen los electrodos a diferentes voltajes para extraer una rica
diversidad de microbios. Pero El-Naggar enfatiza que el campo todavía está en
su infancia, comparando el estado actual con los primeros días de la
neurociencia, cuando los investigadores pincharon ranas con electrodos para
hacer que sus músculos se contrajeran.
parece que los
científicos solo han arañado la superficie de la diversidad microbiana que
crece debajo del exterior superficial del planeta. Los resultados podrían dar
pistas sobre los orígenes de la vida en la Tierra y más allá. Una teoría para
el surgimiento de la vida sugiere que se originó en superficies minerales, que
podrían haber concentrado moléculas biológicas y reacciones catalizadas. Una
nueva investigación podría llenar uno de los vacíos de la teoría: un mecanismo
para transportar electrones desde las superficies minerales hacia las células.
Por si fuera poco, los
comedores de metal bajo la superficie pueden proporcionar nuevas hipótesis para
la vida en otros mundos, donde los microbios alienígenas podrían estar ocultos
bajo el exterior superficial del planeta. No en vano, el experimento de
El-Naggar, está siendo financiado por el Instituto de Astrobiología de la NASA.
Marte, por ejemplo, es rico en hierro y tiene agua fluyendo debajo de su
superficie.
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